«Son hombrecitos serviciales de color pardo, del cual han tomado su nombre. Suelen visitar las granjas de Escocia y durante el sueño de la familia colaboran en las tareas domésticas. Uno de los cuentos de Grimm refiere un hecho análogo.
El ilustre escritor Robert Louis Stevenson afirmó que había adiestrado a sus Brownies en el oficio literario. Cuando soñaba, éstos le sugerían temas fantásticos; por ejemplo, la extraña transformación del doctor Jekyll en el diabólico señor Hyde, y aquel episodio de Olalla en el cual un joven, de una antigua casa española, muerde la mano de su hermano.»
Jorge Luis Borges, Margarita Guerrero,
El Libro de los seres imaginarios.
Ed. Alianza Editorial
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